viernes, 5 de junio de 2009

Gente estupenda

Desconfía siempre de los estupendos. No existen. Por mucho que brillen sus blancos dientes, por dulce y aterciopelada que sea su voz, comprensiva su mirada y abiertas sus manos, siempre tendrán un oscuro agujero de pocas luces y muchas sombras. Como poco, se tratará de individuos hambrientos de gloria y admiración, cazadores de amigos, coleccionistas de asombros, vampiros del cariño, pordioseros de la autoestima.
No existe la persona perfecta. No hay seres maravillosos. Y cuando de veras lo son, tardas mucho tiempo en descubrirlos, porque rugen sólo cuando hay peligro y nunca malgastan su valía en pavonearse como las rubias tontas, los cachas de gimnasio o los niños de trece años. Hacen de la prudencia la virtud y de la mesura su filosofía. Callan y asienten con interés sincero, pero tímido y sabio, y cada movimiento que hacen, cuando se deciden a andar, es un pequeño paso para ellos y un gran salto para la humanidad.

6 comentarios:

  1. MMMMmmmmmm¡¡¡¡ Intuyo que estabas pensando en alguien concreto cuando escribiste esto...

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  2. Yo sé quién es...
    :)

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  3. "Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces". No soy muy amante del populismo, pero a veces, viene bien tirar de él para expresar fácilmente las ideas de uno con respecto a lo que sea. La gente estupenda tiene una necesidad de llenar su necedad e incapacidad, su negación para ser uno mismo. Debe ser un desgaste de energía vital desesperanzador. Conozco algún caso y es patético.

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  4. Pues yo ando un poco perdido. Creo que nunca he conocido a nadie "estupendo".

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  5. Ojo, a veces se camuflan, es una de sus formas de superviviencia, hasta que se les desmonta el chiringuito. Y todo cae por su propio peso, quedando para esta gente la nada. Sobrevivir a un personaje autoimpuesto es misión imposible.

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  6. Este tipo de personas dan bastante por el saco.

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