miércoles, 29 de julio de 2009

Athos (36-50)

36

El caldo me ha caído de perlas, y la tortilla de queso me ha asentado el estómago. Mamá dice que si mañana no se me ha pasado me llevará al médico. Si supiera lo que me ha sucedido. Soy divino. Tocado por Él. Escogido como un nuevo Mesías. Soy el hombre del destino. El elegido. Mi vida tiene por fin sentido. He encontrado lo que buscaba, soy un hombre pleno, aunque sólo tenga quince años. Tengo que contarle todo a tío Óscar y trascender este mundo. Él lo entenderá. Mamá no está preparada.


37

No puedo pegar ojo. No dejo de pensar en lo de la puerta verde. He metido la llave y se ha abierto sin dificultad. Ya no oía el tic tac del último reloj. Está claro que era el momento crítico, místico o pandémico. Abro la pesada puerta verde hasta el final. La habitación tiene un sofá viejo a un lado, suelo de parquet quemado por colillas, un viejo gramófono, cuadros apilados en una pared, una carretilla y cientos de libros sobre una mesa enorme de madera. Al frente he visto una escalera de obra que sube al piso superior. Sólo que aquí no hay más plantas. Un sonido místico ha inundado la estancia. Una luz azulada provenía de las escaleras, y una extraña neblina caía ligera sobre los peldaños. He intentado huir, presa del pánico, pero la puerta turquesa estaba cerrada tras de mí. ¿Cómo era posible? Estaba aterrorizado. Entonces he oído SU voz. Era una voz grave, profunda, tranquilizadora, celestial. Ha dicho mi nombre. Eso me ha calmado mucho. Fuera quién fuera me conocía. No es lo mismo que te acuchille un yonqui a que lo haga un compañero de escuela que te conoce y sabe las cosas buenas que has hecho en la vida, quiero decir. Le he preguntado quién era y me ha respondido que yo ya lo sabía. Antes de que pudiera hacer algo más me ha dicho que Athos no era un nombre de verdad, y que seguro que escondía algo. He respondido con cierta chulería que nunca he revelado su origen. De repente la voz se ha puesto a gritar desaforadamente. Yo estaba aterrorizado, pero no podía irme. Parecía el apocalipsis. El corazón me iba a mil por hora y me he meado encima. Luego ha dejado de chillar. La luz se hacía más intensa y la niebla más densa. Creo que iba a bajar. Me he puesto de rodillas y le he pedido que no me matase. Que quería seguir vivo. Y entonces las tripas me han fallado. Me he cagado me miedo. Él me ha calmado diciendo que no quería mi vida aún, que debía trascender la llama y comprender los enigmas divinos, el misterio de la vida, lo que hay después de la muerte, la creación del universo, los milagros y la telequinesia, los ovnis y el dilema del alma, la reencarnación y muchas cosas más. Mi temor se ha transformado en inquietud existencial. ¿Por qué era yo el elegido del Hacedor? Él me ha dicho que yo era un ser de corazón puro, y que debía prepararme para La Revelación. Entonces un libro minúsculo ha caido por las escaleras del cielo mientras la voz me ordenaba seguir sus pláticas para iniciarme. El sonido místico se ha extinguido, la niebla se ha disipado, la luz ha muerto y la voz ha dejado de escucharse. Se ha ido, y yo me he quedado ahí, meado, cagado y solo, oliendo que apesto y con un librito viejo escrito a pluma; pero eso sí, con el alma limpia y pura, y encajando mi nuevo rol dentro de la historia de la humanidad. He salido del portal místico y he cerrado con la llave, pero luego me la he quedado. Debo salvaguardar el portal como si fuera San Pedro. Y me he marchado sin saber qué nobles intenciones guarda Él para mí. Tampoco sé qué excusa le voy a poner a Silvia por haberme ido así sin dejar una nota o algo. Pero eso es secundario.


38

Puto libro de los cojones. No está escrito en español, ni en inglés, ni latín. Tampoco es griego. ¿Qué coño dirá? ¿Cómo puedo seguir la palabra de Dios si escribe tan mal? Tal vez sea como la Torre de Babel, lenguas ininteligibles y todo eso. ¿Me estará diciendo algo el Todopoderoso? Espera, aquí veo algo en la última página. Parece lápiz o algo así. Tinta no es. ¡Y pone mi nombre! Y mucho más…


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0, 49

Sé que no debería, pero me siento el heraldo del destino, la encrucijada de los mundos, el último abanderado. Antes no sabía cuál era mi lugar en el universo, ahora me reconozco como punto geodésico de pequeñas personas que me importan como si en sí fueran razas o planetas enteros. Silvia me quiere a rabiar y todos están pendientes de mis movimientos como si fueran las piezas de un ajedrez gigante y yo el gran maestro.

A veces para crecer hay que afrontar retos más grandes. Ahora comprendo que mis miedos se debían a la falta de gravedad. Mi adversario hoy es infinito y por ello también yo me he hecho inmenso. No importa cómo, mi con qué pretexto, pero acabaré abriendo esa enigmática puerta turquesa. Necesito ciertas respuestas, y todas se aglutinan tras esas láminas de roble mal pintadas. Si la vida es una pieza teatral, allí se encuentra el backstage, el manual de instrucciones, el otro lado del túnel, el umbral entre lo divino y lo humano, entre lo tangible y lo mítico. ¿Estaré mentalmente preparado para afrontar todas las revelaciones de sopetón? ¿Deberé confiarselas a Silvia y hacerla también la elegida? ¿O sólo yo soy digno de la sabiduría eterna? La energía fluye por mis venas. Siento como mi intensidad crece por momentos. Pronto estaré preparado para desentrañar los dilemas cósmicos. Aunque tal vez el mundo no esté preparado para comprenderlos. Bah, eso es algo que ya dirimiré más tarde. De momento lo único que importa es atravesar la puerta turquesa y echar un vistazo a los borradores de Dios.


50

¿Y ese ruido? Son ellos. Han vuelto a encontrarme. ¡Soltadme! ¡Cabrones. ¡Josdeputa! ¡Soltadme! No me pasa nada. ¡Satanás! El mundo me necesita. Malnacidos. Pavos. Él me ha llamado. Tengo que liberar al mundo. Debo trascender la llama. ¡Quitadme esto, insignificantes! ¡Me pellizca el brazo la correa! Buahh, buahh, soltadme, sob, sob. Yo no estoy loco. Soltadmeeeheeh, sob, buah.

5 comentarios:

  1. Una linea argumental entre mística y esotérica, enlaza con todos los relatos; dioses, satanes,...

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  2. Ohh¡¡¡ Esto ya se ha acabado ¿No? O igual le falta algo. Bueno, en todo caso está bien esto de los relatos por entregas.

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  3. Este relato ya lo vi publicado antes en otro sitio ¿seguro que es tuyo? ya se que la gente normalmente es mas amable que yo

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  4. Sí, probablemente lo has visto en mi ordenador, so melón.
    Sólo falta el epílogo. Entonces se entiende todo.
    Un saludo (a keruke no. que se ponga a escribir que no tiene entradas)

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  5. ¡Qué raro es esto! Me gustó, pero fue difícil seguirlo

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