domingo, 13 de junio de 2010

La oscura teoría conspiratoria de los deportistas de mediana edad que te miran mal porque tú no estás corriendo

No importa la hora ni la estación, si bien el verano a partir de las nueve aglutina a la mayoría de los corredores. Los hay con mallas y marcando paquete, con la camiseta blanca del Carrefour agujereada o la chillona elástica de la roja, con pantalones cortos del Decathlon o chándal de invierno con dos cojones; camiseta sin mangas, calcetines altos garulos, sudadísimas cintas del pelo, la tripa sudada y la cara que parece que se mueren de un jadeo a otro.
Su atuendo, pues, es horteramente heterogéneo, pero no su comportamiento. El corredor varón siempre que pasa a tu lado, si su margen de edad difiere en más menos cinco años respecto a ti, aunque lleve seis baldosas mirando al suelo, cuando falten cuatro metros para cruzarse contigo levantará los ojos y buscará los tuyos; tan sólo un instante, simplemente un segundo, pero en ese tiempo pasarán mil cosas.
Él te observará con la mirada de superioridad que da estar haciendo deporte mientras tú no lo haces. Tú lo verás con curiosidad y escudriñamiento, para comprobar si te mira o no con altivez deportiva; tal vez tu expresión te traicione y muestres un poco de envidia porque él está corriendo y tú no. En ese fugaz instante los dos diréis todo eso: “Me siento superior, yo corro y tú no y deberías hacerlo y por eso eres débil, y aunque todavía tenga más tripa me he puesto a sudar como un tocino y tú, vago del sofá, aún no tienes huevos para ponerte. Te he ganado. Eres peor que yo.”
Por tu cabeza también bailarán impagables pensamientos: “Te crees muy bueno y parece que se te van a salir las tripas por la boca. No hace falta que me mires como si fueras a ganar el maratón de Nueva York, que sólo te falta la música de Carros de Fuego de Vangelis de fondo, aunque igual la llevas en los cascos esos sudaos. Joder, debo hacer un poco de ejercicio o ponerme a dieta como el tío este de los auriculares con orejeras.”
Y fin del duelo visual, hasta que pase otro pistolero mirándote con aire de superioridad colesteril y tú pierdas un enfrentamiento más mientras juras “mañana empiezo a correr y le paso al tripón ese de las gafas”.

9 comentarios:

  1. Me encantan tus entradas... genialmente ingeniosas!!

    Un besote!

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  2. No se, no se, es un poco exagerado ¿No? Para mi que van a lo suyo y no se preocupan en pensar todo eso...

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  3. Yo creo que en el fondo el que primero mira es el que no va corriendo, porque durante un instante se le pasa por la cabeza "yo también debería hacer deporte" y entonces el que va corriendo mira también pensando: "¿Pero por qué cojones me mira ese tío? ¿Tan ridículo voy con estas mallas?"

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  4. Jajajajajajajaja!!!! A mi normalmente, lo que me pasa cuando veo a los de "la ruta del colesterol de élite" (que están en un nivel superior a los de la ruta del colesterol simple) siempre pienso: estosss... estos salen a correr un día por tonteria y au!!! sino no llevarian las calzas esas que me llevan!!!

    Pero también pienso: Bueno, por algo se empieza, no seas exigente con los futuros atletas!!!

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  5. Je je yo también llevo unos meses planteándome el salir a correr, espero no convertirme en alguno de esos tipos con mirada de superioridad...

    Me ha encantado al descripción del principio, tendré que pensar también que atuendo ponerme para correr... creo que optare por alguna camisa roída y el primer pantalon corto que pille, paso de las cintas resudadas jejeje

    dirty saludos¡¡¡¡

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  6. Mañana mismo me pongo a correr y a mirar con aires de superioridad a todo bicho viviente que pase por mi lado¡¡¡

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  7. En el gimnasio es peor, te lo puedo asegurar

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  8. ¿Y no será que tú los miras mal primero?

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  9. A lo mejor les miro mal, puede ser...¡pero ellos empiezan! :)

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