jueves, 20 de febrero de 2014

Abatidos nueve inmigrantes subsaharianos por irrumpir en suelo ceutí

La noche del jueves ha sido especialmente cruenta en la ciudad autónoma de Ceuta. Los intrusos ya no respetan nada y diversifican sus métodos de violación del espacio territorial español. Algunos aprovechan la llegada de la noche para entrar en masa.
Según los videos difundidos por la Guardia Civil, muchos de ellos no desean realmente llegar a Europa, sino joder las instalaciones y elementos de prevención del Gobierno de España. En este sentido, se cree que un nutrido número de africanos desafilaron deliberadamente las concertinas disuasorias usando sus brazos, piernas y muslos para “comerse” las ruedas dentadas. Un comportamiento que ha sido condenado por el Ministro del Interior. “Claro, como las concertinas son caras y ellos tienen muchas extremidades, intentan fastidiarnos deteriorando el mobiliario urbano. Pues ya podrían quemar contenedores, que eso lo paga el Ayuntamiento de Ceuta y no nosotros”, ha comentado Jorge Fernández.
La tragedia ocurrida en la noche de autos se recordará como uno de los momentos negros de la historia de España. Al parecer, unos veinticinco subsaharianos han conseguido irrumpir criminalmente en la ciudad. Una debacle total. Pero no todo son noticias negativas. Otros nueve ilegales fueron acribillados a tiros por las fuerzas de seguridad del Estado cuando se negaron a obedecer órdenes. Según informan fuentes policiales, era un grupo de 33 morenos dotados de paracaídas de plástico de esos que iban con un muñeco; los que se lanzaban al aire con fuerza y caían donde les daba la gana; un clásico de los juguetes para niños.
Los inmigrantes se hallaban en caída libre cuando el cabo primero les ordenó volver a subir, a lo que la totalidad de ellos se negaron. En ese momento, y ante la negativa a abandonar el conato de intrusión, los antidisturbios tuvieron que disparar sus fusiles de asalto. Hay que recordar que las pelotas de goma se han prohibido porque son mucho más costosas económicamente que las balas del calibre 38 y el ejecutvo ha impulsado un importante paquete de medidas de reajuste y optimización del gasto público.
Una vez que seis de los criminales fueron abatidos, uno de los supervivientes intentó aletear hacia arriba para no caer en suelo español, pero acabó tomando tierra y tuvo que ser suprimido también. Hay que decir que los africanos muertos siguieron bajando al suelo a modo de provocación, creyendo tal vez que su nueva condición de cadáveres les proporcionaría un estatus diferente. En este sentido, voces autorizadas dentro del ministerio ya han advertido que “los sepelios no se realizarán en Ceuta ni en ningún otro territorio del país. Si quieren entierro, que se vuelvan para Senegal.”
Se cree que los paracaídas de juguete utilizados para perpetrar el horrendo crimen fueron adquiridos en establecimientos multibazar regentados por asiáticos afincados en España, con lo que no se descarta pedir explicaciones a Pekín. Lo que no se entiende es cómo llegaron dichos productos hasta África. Los chinos no dejan de sorprendernos.

3 comentarios:

  1. Triste sátira que sin embargo es casi casi la que intentan vendernos. Lamentable que a día de hoy tengamos (y sobretodo tengan) que pasar seres humanos por esto.

    Cada día da más asco todo.

    Abrazos.

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  2. Claro! La culpa la tienen los chinos!
    ... y que tengan la más mínima intención de justificarlo! QUé asco!
    Al menos tu versión hace sonreir.

    Saludos!

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  3. Este tema es cruento, inhumano y en pleno siglo XXI parece mentira que estemos en este punto con nuestras fronteras, tratando a las personas que sólo buscan cambiar de vida como si fueran animales...Como de costumbre tu visión me hace sonreír, pues la ironía con que tratas ciertas materias te convierte en un maestro comunicador de lo amargo, y eso ya es mucho, sobre todo hablando de lo que hablas en este post...Tenemos muchas cosas que cambiar y el poder está en el pueblo.

    Un abrazo Drywater

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